Los niños y los jóvenes constituyen un grupo de edad muy vulnerable a las caídas. Diversos trastornos de la estabilidad pueden ser determinantes para que sufran caídas más frecuentes y las consiguientes fracturas. Una estructura morfológica correcta influye en la eficacia general del pie, además de ofrecer un importante potencial de diagnóstico. Incluso los trastornos menores del pie pueden afectar a toda la cadena biocinemática, repercutiendo también en la motilidad del pie. Las alteraciones estructurales del pie también pueden perjudicar el equilibrio en la posición de pie y contribuir a que se produzcan más lesiones. El estudio tenía como objetivo evaluar la relación entre las deformidades de los pies y los déficits de estabilidad postural en niños de edad escolar propensos a sufrir caídas accidentales.
En el estudio participaron 200 niños (101 niñas y 99 niños) de entre 10 y 15 años de edad, seleccionados aleatoriamente en escuelas primarias. Se utilizó un podoscan 2D para evaluar la parte plantar del pie, mientras que el examen estabilométrico se realizó con la ayuda de la plataforma dinamométrica FreeMed.
El estudio concluye que existe una correlación estadísticamente significativa entre las variables morfológicas del pie y la estabilidad postural. A la hora de valorar las variables clave del pie y su interrelación con la estabilidad postural en el diagnóstico predictivo en niñas se deben tener especialmente en cuenta el ángulo de Clarke, el índice de Wejsflog, el ángulo del hallux valgus y la anchura del pie; mientra que en los niños se establecen como variables predictoras en la evaluación de la estabilidad postural el ángulo de Clarke, el índice de Wejsflog y la anchura del pie.
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